La vida es una película en la que tú eliges si ser el protagonista o un mero espectador.

Mendoza

Después de un breve paréntesis de un mes en Santiago de Chile donde, además de descubrir parte de su historia, el centro y otros barrios de la ciudad, pasamos fin de año, retomamos cargados de energía nuestro maravilloso viaje y nos pusimos rumbo a… ¡Argentina! El norte nos dejó un muy buen recuerdo, así que empezamos este nuevo tramo con muchas ganas.
El bus que tomamos en Santiago nos dejó en Mendoza a las tantas de la madrugada. Generalmente intentamos evitar llegar a según qué horas porque en algunos alojamientos nos ha pasado que consideran que esa hora corresponde a la noche en curso, es decir, como si hubiéramos llegado el día anterior. Las 4am es una hora muy rara para hacer un check-in… técnicamente ya es un nuevo día, pero cada cual tiene su criterio. Por eso es mejor aclararlo antes de dejar las mochilas.
En este caso, no tuvimos alternativa ya que los buses de Santiago a Mendoza solo circulaban por la noche y en sentido opuesto por la mañana. Al parecer unos días antes hubo un accidente y solo se podía cruzar en una dirección por cada tramo horario.
En cuanto nos bajamos del bus, sin tener muy claro qué hacer, se nos acercó un chico que nos ofreció un alojamiento bastante económico. Como estábamos cansados del trayecto, accedimos a ir a verlo. Era un hostel y la habitación compartida, pero como no había tanta gente nos quedamos solos. Nos pareció un poco cutre pero como era de noche y estaba tan oscuro, no lo vimos tanto como era en realidad. No nos gustó nada. Nos cobraron la noche y no nos querían dar el desayuno que estaba incluido.
Dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos en busca de otro alojamiento que nos convenciera más. Nos costó encontrar uno porque los que teníamos apuntados con mejores referencias y más económicos estaban llenos, pero no nos dimos por vencidos y lo conseguimos. No muy lejos de donde estábamos, encontramos otro hostel donde tenían habitaciones compartidas pero separadas los hombres de las mujeres. Tuvimos suerte porque aunque había un par de hombres raros, la habitación de las chicas estaba libre y la dueña nos dejó quedarnos a los dos ahí, hasta que llegaran más mujeres.
Nos gustó mucho el lugar, así que nos quedamos un poco más de lo pensado mientras paseábamos tranquilamente por la ciudad y decidíamos cuál sería nuestra ruta en Argentina.

Ciudad de Mendoza – city tour

Tanto la provincia como su capital se llaman igual: Mendoza. Esta zona es conocida por la gran oferta de actividades: rutas y catas de vinos, excursiones al Aconcagua, actividades al aire libre, etc. Todo implicaba un gasto económico que, tal y como habíamos planteado nuestro viaje, no estábamos muy dispuestos a realizar. En un viaje tan largo, sin fecha de regreso, en el que su duración depende de la capacidad de ahorro… hay que escoger muy bien a qué destinar ese dinero limitado.
Plaza de España
Decidimos disfrutar de la ciudad y pasear por sus calles. Empezamos por el microcentro o área comercial, dirigiendo nuestros pasos a la Plaza España, una preciosa plaza con fuentes, arboledas, pequeñas escenas construidas con azulejos y un enorme mural de cerámica pintada donde se mezclan personajes como Pedro del Castillo (fundador de la ciudad), el Quijote y Martín Fierro, como manifestación de un orgulloso mestizaje. Tenemos que reconocer que está bien conseguida, pues aunque su nombre hubiera sido otro, hubiéramos reconocido algo familiar en esta plaza, y es que nos recordó a España.
De ahí, nos fuimos a la Plaza Italia, denominada de esta manera en reconocimiento a la activa sociedad italiana que tanta presencia ha tenido a lo largo de la historia de esta región. Columnas corintias, la Loba Capitolina, una escultura en mármol de Carrara y un conjunto escultórico representando la confraternidad italico-agentina, son algunos de los elementos que podemos encontrar en esta bonita plaza.
Los Libertadores en Plaza Chile
Puestos a ver plazas, nos fuimos a la Plaza Chile, que junto con las otras dos anteriores y la Plaza San Martín se encuentran equidistantes a la gran plaza Independencia (que visitamos después). No tan espectacular como las otras, aquí encontramos también mucha vegetación y una gran fuente central rematada con los colores de la bandera del país vecino, como detalles tienen los bancos representando las diferentes regiones de Chile y una gran escultura que simboliza la hermandad entre los dos países al representar a los dos libertadores (O’Higgins y San Martín) juntos, apoyando sus manos derechas en una única espada.
Friso de la Independencia en la Plaza con el mismo nombre
De ahí ya nos fuimos a la plaza Independencia, un inmenso parque que ocupa el equivalente a cuatro cuadras (manzanas) llenas de arboledas y juegos de agua y en el cual se ubica el precioso y significativo «friso de la Independencia«, el Museo de Arte Moderno, el Teatro “Julio Quintanilla” y la “Plaza de las Artes” (feria artesanal). Alrededor de la plaza encontramos edificios tradicionales como la Legislatura Provincial, el Colegio Nacional, el Teatro Independencia, o el Hotel Park Hyatt.

¿Quieres saber más sobre el Friso de la Independencia?

Mirándolo de frente, a la izquierda una mujer indígena a caballo, con un crucifijo en las manos, simboliza la evangelización. La reja que está a su derecha representa la etapa colonial. A continuación, un hombre que da la espalda con sus manos atadas arriba simboliza al esclavo, que está junto al mismo hombre ya liberado. En el centro, presidiendo este conjunto escultórico, la bandera nacional. A la izquierda, otras tres representaciones: la familia (pilar de la sociedad), los inmigrantes y el trabajo (quienes levantaron la provincia) y homenaje a la cultura (porque sin cultura no hay independencia).
Esta plaza comunica con la Avenida San Martín a través de la Peatonal de Sarmiento, un agradable paseo vetado para los vehículos y que invita a tomar algo en cualquiera de sus bares o restaurantes o de sus terracitas, mientras se pierde la mirada en el pasar de la gente, o a realizar comprar en cualquiera de los comercios que en ella se ubican.
Después de recorrer una cuadra (calle) de la Peatonal de Sarmiento, fuimos por la Avenida España en dirección a la Plaza San Martín, hasta llegar al ex Banco Hipotecario (actual sede de la Secretaría Cultural de la provincia). Aunque en la ciudad de Mendoza el banco ya funcionaba desde 1881, el nuevo edificio, de estilo renacentista colonial en la versión neo plateresca, se inauguró en 1929. Preciosa edificación llena de detalles que nos mantuvo un buen rato con la cabeza hacia arriba observando todos y cada uno de sus detalles.
Después de una breve visita a la Plaza San Martín, que nos pareció la menos bonita o interesante de todas, dirigimos nuestros pasos a la avenida de las Heras, la calle más típica y siempre llena de turistas, desde la época del ferrocarril. Es una calle comercial que exhibe, sobre todo, artesanías y productos típicos y que acoge el Mercado Central (que data de 1884).
Otra de las avenidas bonitas de esta parte de la ciudad es la de Arístides Villanueva, antigua área residencial que desde hace unos años se transformó en zona de gran actividad nocturna gracias a sus pubs, confiterías y restobares.
Nos pareció muy curioso el alcantarillado de la ciudad, totalmente al descubierto, situado entre la acera y la calzada.

Alcantarillado en Mendoza

Área fundacional o ciudad vieja

Nos dirigimos hacia el área fundacional o la ciudad vieja a través del Parque O’Higgins, una gran extensión de verde, fuentes, y un bonito paseo que nos ofreció algo de sombra en un día de verano especialmente soleado.
Llegamos a la actual plaza Pedro del Castillo, lugar donde este capitán español fundó la ciudad de Mendoza en 1561 y que se configuraba como el corazón de la misma, pues en él se encontraba el Cabildo (o casa de gobierno). Tenemos que confesar que cuando fuimos, esperábamos ver edificios históricos, sentir eso que sentimos cuando llegamos a un lugar que sabemos que tiene años y años de vida… pero no fue así. Nos encontramos con una plaza que no era fea pero que le faltaba un «algo».
Luego entendimos el porqué. ¿Cómo era posible que un lugar tan cargado de historia terminara siendo algo tan neutro? Bueno, pues fue debido a un gran terremoto en 1861 que destruyó por completo la ciudad de Mendoza, dejando el «centro» convertido en un arrabal en el cual se quedaron los inmigrantes y aquellos que no se pudieron trasladar adonde se reinstaló la ciudad en 1863 (el actual centro o microcentro).
Tuberías de agua corriente para la Fuente en el Área Fundacional
De ahí que esa zona en ruinas derivara en un matadero y, posteriormente, en un mercado municipal. Restos de estos usos, así como del Cabildo, son los que encontramos en el Museo del Área Fundacional, inaugurado el 1993. Debajo de la plaza se hallan los restos de la fuente del pueblo. Hay visitas guiadas al museo y a la cámara subterránea. Para nosotros, un lugar que no te puedes perder para conocer un poco más de la historia de este lugar.
A pocos metros del Museo, encontramos las ruinas de San Francisco, lo que queda del templo jesuita construido en el siglo XVII (perteneciente a esta Orden hasta su expulsión en 1767). Si es jesuita… ¿por qué recibe el nombre de San Francisco? Sabemos que te lo estás preguntando. Bueno, resulta que tras la expulsión de los jesuitas en 1767, el templo pasó a manos de la orden franciscana, quienes lo restauraron y conservaron hasta el  ya mencionado terremoto de 1861. Lo que queda del templo se mantiene aún en pie gracias a unas horrorosas pero útiles vigas que, según nos contaron, tienen intención de cambiar por algo más estético.

Otros atractivos

Como nos gustó mucho la ciudad y decidimos empezar de una forma relajada nuestro segundo tramo (aún en Sudamérica) de nuestra vuelta al mundo, decidimos ir un día al Acuario Municipal, claro que también ayudó el hecho de que la entrada estaba incluida en la del Museo Fundacional. El recinto fue inaugurado en 1945 y nos dejó totalmente asombrados, con pasillos en los que te sientes rodeado por los peces y pantallas con explicaciones. Tenemos que confesar que no solemos ir a este tipo de lugares porque somos de esos raros que creen que es mejor ver y disfrutar de los animales en su hábitat natural… pero nuestra debilidad son los animales acuáticos y habíamos oído y leído muy buenas referencias de este sitio.
A escasos metros del Acuario, encontramos el Serpentario (incluido en el mismo precio) que nos pareció interesante, aunque no tan impresionante como el Acuario. Seguramente nos gustó menos porque el espacio para las serpientes nos pareció bastante reducido.
También decidimos ir a ver una película en el Cine y Teatro Universidad, en calle Lavalle. La película que escogimos fue «Cloud Atlas» y el recinto resultó ser un encantador teatro remodelado y convertido en cine. Lo que nos pareció extraordinario y le dio un toque distinto, es que antes del inicio de la película el acomodador nos explicó de qué iba (sin spoilers) y nos comentó algunas curiosidades relativas tanto al rodaje como a la gente que participó en la película.
* ¿Cuándo fuimos?: Finales de enero – principios de febrero de 2013

* Bus de Santiago de Chile a Mendoza
– 25.000 CLP (pesos chilenos)/persona
– 6h., aprox.

* Alojamiento en Mendoza
– Hostal La Puerta
– 60 AR$/persona (habitación privada, baño compartido, cocina, desayuno incl.)
– 48 AR$/persona (dormi de 8, baño compartido, cocina, desayuno incl.)

* Entrada al Museo Fundacional y Acuario
– 14 AR$/persona

* Entrada al Cine Universidad
– Película: Cloud Atlas
– 20 AR$/persona

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