A las 5h llegamos a São Paulo. Como era antes de lo previsto, quisimos adelantar trabajo y averiguar los horarios para nuestro siguiente destino... pero las oficinas estaban cerradas. Con nuestro gozo en un pozo, fuimos al metro para dirigirnos a casa de nuestros anfitriones Tereza e Igor, a quienes ya habíamos tenido el placer de conocer en Rio.
Fue fácil llegar, en el sentido de orientarnos, pero donde ellos viven todas las calles tienen un acentuada pendiente que hace el recorrerlas con las mochilas todo un reto. Igor nos estaba esperando, tenía que irse a trabajar pero nos dedicó un ratito antes. Entonces, apareció Tereza. Como los tres teníamos sueño y era muy temprano, decidimos ir a dormir un rato.
- Centro -
Ya descansados, nos fuimos con Tereza a pasear por el centro. Nos bajamos en la parada de metro Anhangabaú, donde está el Teatro Municipal y el Viaducto de Cha (encima está el viaducto, debajo de éste hay una carretera y debajo de ésta un río). Vimos desde arriba la praça Ramos de Azevedo y la Fonte dos desejos. De ahí nos dirigimos al Edificio da Prefeitura, Centro Cultural Banco do Brasil, Conjunto cultural da Caixa, Praça da Sé (donde está el marco zero, desde donde empiezan a contar los kilómetros del estado) y Catedral Metropolitana da Sé (de estilo neogótico).
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Pateo do Colégio, aquí nació São Paulo |
Llegamos a la Rua Boa Vista, donde está el Pateo do Colégio (lugar de fundación de la ciudad; inicialmente fue un colegio, luego prefeitura y, actualmente, acoge el Museo Anchieta). Al final de la Rua Boa Vista se encuentra la Torre de Banespa y, hacia la izquierda, el edificio Martinelli (cuando llegamos estaba cerrado para las visitas, faltaban 30 minutos para que abrieran, así que decidimos seguir el recorrido y volver más tarde). Caminamos hasta la Praça do Correio, una gran plaza donde se ubica el señorial edificio de Correos y, a la derecha, un enorme edificio feísimo que resulta ser el más alto de Sao Paulo, ¡con 51 pisos!
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El primer rascacielos de São Paulo |
Después de esta interesante visita, fuimos al Mercado Municipal para comer. Por fuera es precioso, y lo han adaptadao muy bien por dentro. Había mucha gente y no pudimos comer donde quería Tereza, pero comimos bastante bien la planta baja: pastelão de bacalhau, bolinho de bacalhau y sandwich de mortadela,... comida típica en Sao Paulo.
Terminado este intenso día de paseo, regresamos a la casa.
- Av. Paulista / Liberdade -
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Una cabina de teléfono frente al MASP |
Nos fuimos con Tereza hacia la Av. Paulista. Nos bajamos en la parada de metro Trianon Masp, al lado del edificio Trianon (de forma peculiar) y enfrente del MASP (Museo de Arte de SP), que se caracteriza por estar encima de 4 pilares, por debajo se celebran manifestaciones, ferias de antigüedades los domingos, etc. Entramos en el Parque Trianon, un pequeño y denso parque que conserva la naturaleza atlántica.
Continuamos hasta Rua Augusta, la anduvimos enterita. Llegamos hasta la heladería Soroco (de reconocida reputación en la ciudad), donde probamos por primera vez el açai. Delicioso. Nos arrepentimos de no haberlo probado antes. Tereza nos contó que en la amazonía se come puro, mientras que en el resto de Brasil lo mezclan con guaraná.
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La Sé |
Apremiados por la hora, fuimos rapidito a Praça da Sé, desde donde salía la excursión a Liberdade. Por ahorrarnos el metro, fuimos caminando, pero cuando llegamos nos dijeron que teníamos que entrar al metro, así que lo pagamos entonces. Al menos no lo pagamos doble.
Éramos un grupo bastante grande, así que nos dividieron en 2 subgrupos, advirtiéndonos primero que si llovía se suspendía la visita. Nos subimos al metro y llegamos a la parada São Joaquim. En la entrada, un hombre con marcado acento italiano nos dio una breve explicación sobre la llegada de inmigrantes japoneses e italianos a Brasil.
Empezó a llover y se suspendió la excursión. Elegimos a Tereza como guía particular. A medio camino nos encontramos con un grupo formado por un profesor y sus alumnos, nos unimos a ellos hasta un museo. Luego llegó uno de los guías y, aunque todo era "extraoficial" nos estuvo explicando algunas cosas sobre el tema. Puedes leer más aquí:
Después del museo, continuamos el paseo por las calles flanqueadas por curiosas farolas de inspiración oriental.
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La iglesia donde los condenados a muerte pasaban su última noche |
Dimos un paseo por el mercado y fuimos a buscar un par de restaurantes que nos recomendó el guía. No los encontramos. Teníamos tanta hambre, que fuimos a un restaurante chino. Resultó ser bastante reconocido, tanto que tuvimos que esperar. Valió la pena comer en el Restaurante Rong He.
- Centro II -
Al día siguiente nos bajamos en la parada de metro Sé y nos dirigimos a la Igreja do Carmo, de ahí al Solar de la Marquesa (donde pudimos encontrar objetos del siglo XVIII y en cuyo lugar se explica la historia de esta señora, quien fuera amante del emperador Pedro I, con quien tuvo varios hijos -aunque más de la mitad no sobrevivieron a la infancia-, después se casó con otro señor, con quien tuvo varios hijos más... en total dio a luz a 14 hijos!).
Después dirigimos nuestros pasos al Monasterio de San Bento, a la Igreja Santa Ifigenia y a la de los Pretos.
En ese recorrido se nos agotó el tiempo, pues habíamos quedado con Tereza para ir al Museo del Futbol, que se ubica en el Estadio Municipal Paulo Machado de Caravalho (o PACAEMBU).
Nuestra gran sorpresa, para los 3, fue no solo que nuestra amiga no tenía que pagar en ese museo, si no que además ¡podía tener hasta 4 invitados! Así que entramos gratis.
El museo es enorme y muy interesante, sobre todo si te gusta el fúbol. Según la guía, el recorrido entero se hace en unas 3 horas... nosotros estuvimos casi 2.
A la vuelta había tantísima gente en el metro, que decidimos bajarnos e ir caminando en lugar de cambiar de línea y así, de paso, ir a comer un delicioso açaí. Fuimos caminando por Rua Augusta, este local queda bajando la calle a la derecha, no tiene cartel pero se llama Soroco.
Llegamos hasta la Praça da Revolução, donde se encuentra el edificio COPAN, de Niemeyer, y el edificio Italia. En el edificio COPAN había un meeting de couchsurfing y, casualmente era la reunión número 200, así que estaban de celebración. Después de tomar algo y relacionarnos un poco, regresamos a la casa.
- Luz -
Esa mañana dejamos las mochilas en la rodoviaria (cuesta 3R el bulto, vale la pena para no ir tan cargados), pues nos íbamos ese mismo día. De ahí nos subimos al tren y decidimos pasar ahí nuestro último día en Sao Paulo.
No es de los barrios más bonitos de la ciudad, es bastante pobre y un tanto deprimente. No fue el mejor día, vimos la estación que sí, es bonita, pero luego fuimos a la Pinacoteca, que estaba cerrada al público porque había un evento. Comimos en un restaurante donde la comida seguía la línea deprimente del lugar. Creemos que fue el único lugar en Brasil donde podemos decir que la comida estaba mala. En fin, para quitarnos el mal sabor de boca, nos compramos un jugo natural (eso siempre refresca el paladar y reconforta el alma) y regresamos a la rodoviaria.
Ya estábamos acercándonos al final de nuestro periplo brasilero. Pero aún nos quedaba un último destino: Foz do Iguazú.
Desde aquí mandamos un enorme abrazo y todo nuestro cariño a Tereza e Igor, con quienes compartimos muy buenos momentos y a quienes llevamos en nuestros corazones desde entonces.
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